COLOSIO, 31 años del “asesinato” que cambió a México

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Por El Ahuizote

Son 11315 días del asesinato de Luis Donaldo Colisio Murrieta, quien era candidato a la presidencia de la república en el año de 1994 y que de no ser quien lo mandó matar, hubiera sido el presidente de México número 61.

Hace tiempo en una de las conferencias que ofrecían las universidades de México y de las que solía asistir para conocer el punto de vista de quienes eran plumas destacadas de la España a finales del siglo XX, en esa ocasión escuché a un señor ya algo avanzado de edad, quien dijo llamarse Torcuato Luca de Tena y Brunet, quien tenía sus raíces en el ABC de España; se prensentó en una reconocida universidad al norte del Estado de México; con una ensayo nada sensato al decir “Sí en 1994 hubiera públicado este ensayo aquí en México, ya estuviera muerto”; lo anterior no era cosa menor, pues señalaba al sistema político mexicano de haber sido el asesino intelectual de Colosio.

Nunca entendí dicho escrito expuesto por el escritor, periodista y ensayista; sin embargo, para eso son las conferencias, no para que comprendas al momento sino para que edifiques una serie de estructuras que te permitan encontrarte con el conocimimiento al paso del tiempo; pues haciendo un recorrido por los últimos días del hijo predilecto de Magadalena de Quino, Sonora; se pueden encontrar una serie de pistas que había destacado don Torcuato Luca de Tena; pues señalaba a una sociedad de políticos mexicanos,que son conocidos como “clase política” pero que él los llamó “La Nomenclatura”.

Colosio siendo un gran orador, presidente del CEN del PRI, trató de quitar esos candados que impedian tener a un partido democrático, situación que quizo hacer en 1969 otro político mexicano y presidente del PRI Carlos A. Madrazo Becerra, y que curiosamente murió en un avionazo; digo esto porque la caja negra nunca apareció;así como las gravaciones de la torre de control no aparecieron; es importante destacar que en ese entonces el presidente de la república era Gustavo Díaz Ordaz; el secretario de gobernación, Luis Echeverría Álvares; y el capitán del ejercito que dio el reporte era, nada más y nada menos, que Fernando Gutiérrez Barrios.

No es por intrigar, pero siempre que se trataba de la democratización del PRI, algo raro sucedía; pues no es conocimiento ajeno que Colosio inició una intentona para democratizar a dicho instituto político; al reconocer por primera vez, en la historia de México, el triunfo del PAN en un estado de la república.

Nunca el Partido Acción Nacional habia ganado nada, todo el tiempo el PRI se llevaba el carro completo; desde presidencias municipales, gubernaturas, hasta la máxima magistratura del país, todo México era territorio PRI. El hecho de que Colosio siendo presidente del PRI reconociera el triunfo del panista Ernesto Ruffo Appel como gobernador de Baja California originó un descontento entre sus bases; por lo que ganó la desaprobación de quienes veían al partido de la revolución institucional como una religión, una herencia de los abuelos, una identidad ganadora y una oportundiad de ganar puestos, posiciones para que con el tiempo la revolución “sic” les hiciera justicia.

No por nada,el asesinato de Colosio se dio en Lomas Taurinas,Tijuana, Baja California,México; no, no fue en Sonora, ni en Yucatán, es decir ningún gobernador de aquella época iba aceptar que fuera en su estado. Si alguien había decidido matarlo sería en un estado que no fuera priísta. Alguna cuestión de logística, plan o mera coincidencia.

Aunado a ello, en ese tiempo su campaña para presidente de la república no despegaba bien, pues Manuel Camacho Solis se estaba llevando todos los encabezados de la prensa y medios de comunicación como el pacificador en el estado de Chiapas; las sumas de todos estos eventos frustraban la campaña de quien en ese momento estaba siendo honesto en su intención de dirigir los destinos de México en 1994.

Basta con escuchar su mensaje emitido el 6 de marzo de 1994 el cual era un reclamo al PRI del pasado; una ruptura con el viejo sistema; sin embargo, hoy a 31 años de su asesinato, y todos los vuelcos que ha tenido México,aundo a las revelaciones de cómo se manejaba el país en esos años, surge una hipótesis muy cercana a esos tiempos; pues si hubiera quedado como presidente de la república,también hubiese sufrido un atentado de muerte, pues el México de “La Nomeclatura” no iba a permitir que Luis Donaldo Colosio Murrieta le quitara el poder a cambio de una democratización institucional; y todavía se estuviera hablando del asesino solotario; lo que no sabían era que seis años después el presidente Ernesto Zedillo le diera paso al PAN para que desde ese partido Vicente Fox Quezada fuera elegido como presidente de la república; no obstante, la transición fue pacífica, pero no hubo el cambio esperado por lo votantes.

Así se fue difuminando el sentimiento de justicia por el asesinato de Luis Donaldo Colosio; más cuando, las prioridades del México del siglo XXI se enfocaron al combate y apoyo a grupos criminales como lo hizo el panista Felipe Calderón; mientras el PRI más que esclarecer el asesinato de su candidato de 1994, se enfocó en aprovechar su imagen al punto de utilizarlo como un mártir para hacer crecer su popularidad como un partido experto en gobernar; por lo que, el “nuevo” PRI que encabezó Enrique Peña Nieto llegó al poder con miras de modernizar al país; pero, se agudizaron las fallas en el sistema judicial con la turbia forma de investigar el caso de Ayotzinapa; más la línea de gobernar para los grupos de poder económico.

No ha sido hasta que en 2018 México tuvo por primera vez un presidente de izquierda y demoledor en la transición de poder de “La Nomenclatura” pues supo capitalizar su poder en las urnas con más de 30 millones de votos, y advirtió que si le volvían hacer fraude, como en el 2006, él no iba amarrar al “trigre”, refiriéndose a que si el pueblo se levantaba en armas contra el fraude, él no lo detendría; así gobernó los seis años, sin que tuviera un intento de esos que acostumbraba en los años del poder absoluto; pues la “Nomenclatura” debilitada, sin poder,casi anulada y en shock por la oleada obradorita se volvió invisible; es ahí donde Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo Colosio, pidió indulto a Mario Aburto, pero Obrador dijo no darle carpetazo al caso Colosio.

Ahora veremos qué se hará en el sexenio de Claudia Sheibaum; pues con los embates por el gobierno de Trump, por exigir que México haga algo con los cárteles mexicanos, para que la sociedad de la Unión Americana ya no consuma drogas; le llevarán a ocuparse en esos menesteres a la docotra Claudia; ante ello,esperemos que ya no se haga larga la espera para que realmente sean revelados los archivos que lleven a esclarecer la muerte de Colosio, del ser humano, del mexicano, como la sociedad desea sean resueltos los asesinatos que han quedado impunes por un sistema judicial incapaz de resolver este tipo de hechos que dañan a la sociedad mexicana por encubrir a quienes están detrás de quienes se dicen ser asesinos solitarios.